Según los resultados de diversos estudios, una de cada tres mujeres, padece de incontinencia urinaria al levantar peso, correr, saltar, toser o estornudar.
Esto se debe al aumento de la presión abdominal sobre la vejiga, propio de estas circunstancias, cuando los músculos del suelo pélvico están debilitados.
Esta disfunción de los músculos del periné suele presentarse aún con mayor frecuencia durante el embarazo, el post parto y a partir de la menopausia.
Es de lamentar que estos malestares no sean comentados ni entre las mismas mujeres que lo padecen. Ni que hablar cuando está en juego la sexualidad, en donde los músculos pubocoxígeos juegan un papel central, ya que por ejemplo, deben ser capaces tanto de relajarse para permitir una penetración vaginal placentera como a su vez tener una buena tonicidad para lograr una respuesta orgásmica satisfactoria.
Esto fue lo que descubrió el Dr. Arnold Kegel (1948) cuando desarrolló sus ejercicios de fortalecimiento muscular del periné para resolver el problema de incontinencia urinaria en la mujer. Comprobó que sus pacientes comenzaban a tener mayor frecuencia e intensidad en los orgasmos y algunas reportaban incluso haberlo experimentado por primera vez.
Desde entonces y hasta hoy en día la práctica de los ejercicos Kegel, los “sexercicios”, como se los llamó también, pasó a ser un recurso básico en los tratamientos de disfunciones sexuales, dificultades orgásmicas femeninas, y hasta para el control eyaculatorio en las consultas por eyaculación precoz masculina.
Los ejercicios de Kegel consiten en realizar series de entre 5 y 7 contracciones de los musculos perineales , como si uno quisiese retener la micción y la defecación simultanea y voluntariamente . Esto se repita a un intervalo que se va regulando a lo largo de las sesiones.
Cada caso debe ser evaluado en particular ,ya que en algunos casos puede estar indicada una cirugía. De allí la importancia del examen ginecológico.
En todos los casos es vital la información anatómica a través de videos y material didáctico, que promuevan en la mujer la toma de conciencia del propio periné y el significado que éste tuvo en la historia psicosexual personal.
Los ejercicios perineales se acompañan de ejercicos , respiratorios, posturales y de la llamada “gimnasia abdominal hipopresiva”,una técnica que combina las contracciones abdominoperineales con la respiración que resultan muy eficaces si se practican con regularidad. Todo ello apunta al fortalecimiento fisiológico de la musculatura del piso pélvico.
Como ayuda para una correcta ejecución de los mismos, se puede utilizar un equipo de “biofeedback”, o retroalimentación, conectado a una computadora con un software específico, que permite medir y observar en pantalla la información de la respuesta fisiológica. Esto representa un incentivo importante para la practicante ya que al visualizar su esfuerzo, puede mantener y reorientar la localización de su trabajo.
Cuando la mujer tiene dificultades para realizar las contracciones por sí misma, se recurre a una electroestimulación pasiva que ayuda además a rehabilitar una musculatura debilitada. Se emplea para ello una amplitud de intensidad tolerable, que no produzca dolor.
Otros recursos como los conos vaginales, los huevos de jade, o los ejercitadores pélvicos, que se colocan en la vagina y pueden resultar muy útiles, sobre todo para seguir ejercitando en la casa.
Además de los conocidos resultados para prevenir desórdenes urinarios y prolapsos, todos estos ejercicios ayudan a irrigar la zona genital, a aumentar la tonicidad y vascularización de la vagina, familiarizarse con el contacto de la zona, incrementar las posibilidades de acceder al climax sexual, vivir orgasmos más intensos y recuperar la confianza en la propia genitalidad durante las relaciones sexuales.
Si bien está dirigido a las mujeres en cualquier momento de sus vidas, está especialmente recomendado durante el post-parto y a partir de la menopausia, y en aquellas mujeres con disfunciones sexuales por dolor u orgásmicas.